El camino del héroe

Inscripta en el género de leyendas artúricas y aventuras de caballeros, “La leyenda del Caballero Verde” desafía al espectador con una épica intimista.

Tras varias postergaciones por la pandemia, por fin tiene su estreno local, en la plataforma Amazon Prime Video, La leyenda del Caballero Verde (The Green Knight). Esta es una buena y una mala noticia. Buena, porque muchos podrán disfrutarla desde la comodidad de sus hogares. Mala, porque lo ideal hubiese sido que se estrenase en cines, ya que la nueva película del director norteamericano David Lowery tiene todos los méritos para ser apreciada en pantalla grande.

Inscripta en el subgénero de leyendas artúricas y aventuras de caballeros medievales, la película parte de un poema anónimo de finales del siglo XIV, “Sir Gawain y el Caballero Verde”, para narrar el viaje iniciático de Gawain, el sobrino del Rey Arturo, interpretado por el siempre solvente Dev Patel.

Si bien es una historia de búsqueda existencial con la estructura de una película de aventuras épica, La leyenda del Caballero Verde está más cerca del pausado pulso del cine arte de autor que de las clásicas películas del subgénero, como Excalibur (1981), de John Boorman, o la más reciente El Rey Arturo: La leyenda de la espada (2017), de Guy Ritchie.

Lowery, quien ya demostró talento para la aventura en Mi amigo el dragón (2016), construye una atmósfera inmersiva con tono intimista y planos imponentes, más cercana a A Ghost Story (2017).

La leyenda del Caballero Verde se centra en la búsqueda personal del personaje principal a través de un viaje que emprende para probar su valentía, que el director aprovecha para introducir elementos simbólicos y personajes fantásticos y para mezclar la magia, la brujería, la fantasía, el misterio, la mitología y la religión. También se permite algunas licencias interpretativas respecto del texto original que desafían al espectador tanto como la trama desafía a Gawain, con una película singular y compleja.

Gawain es hijo de una hechicera (Sarita Choudhury) y pasa sus días disfrutando de la vida junto con su enamorada Essel (Alicia Vikander), hasta que en una cena especial en el recinto del rey y de la reina, alrededor de la famosa mesa redonda, durante la Nochebuena, se presenta un extraño caballero arbolado de color verde esmeralda, quien los desafía a jugar un juego mortal.

El único que se anima a enfrentarlo es Gawain, quien le corta la cabeza con la espada del Rey. El Caballero Verde (Ralph Ineson) recoge su cabeza y le dice a Gawain que tiene que esperar un año e ir a buscarlo en la Capilla Verde para que le devuelva el golpe con su enorme hacha, como dictan las reglas del juego.

Lo más interesante de la película es que desafía al espectador en todo momento, desde la puesta en escena hasta cómo va desarrollando la trama, con tiempos que pueden provocar el bostezo de quienes estén demasiado acostumbrados al montaje vertiginoso y fragmentario de las películas mainstream de la actualidad.

La leyenda del Caballero Verde es una épica intimista y atmosférica, contemplativa e inmersiva, majestuosa y enigmática, pausada y exigente, que juega con la fantasía y la realidad y que propone una experiencia única. Y es una película de efecto expansivo, que crece a medida que pasa el tiempo.

La leyenda del Caballero Verde (The Green Knight, Estados Unidos/Canadá/Irlanda, 2021)

Aventuras, Drama, Fantasía

Muy buena (****)

Guion y dirección: David Lowery. Elenco: Dev Patel, Alicia Vikander, Sarita Choudhury, Sean Harris, Kate Dickie, Barry Keoghan, Joel Edgerton, Erin Kellyman y Ralph Ineson. Fotografía: Andrew Droz Palermo. Música: Daniel Hart. Duración: 129 minutos. Disponible en la plataforma Amazon Prime Video.

Foto del texto: Dev Patel en La leyenda del Caballero Verde (Eric Zachanowich / A24)

Excelente (*****) Muy buena (****) Buena (***) Regular (**) Mala (*)
Esta crítica fue publicada en el diario La Voz del Interior el viernes 21 (en la web) y el domingo 23 (en papel) de enero de 2022.
Jesús Rubio / Copyleft 2022

Dura de matar

Tomb Raider: Las aventuras de Lara Croft retoma la saga iniciada con Angelina Jolie con nueva heroína: Alicia Vikander. La actriz sueca interpreta a una austera Lara Croft y la película cumple y entretiene.

Alicia Vikander

Hay varias cosas para decir de Tomb Raider: Las aventuras de Lara Croft. Lo primero es que de entrada se anota un punto a favor al demostrar que tiene muy claro su origen de videojuego y su espíritu aventurero. Alicia Vikander, la sucesora de Angelina Jolie en el papel de Lara Croft, se luce como la heroína edípica que lucha mano a mano contra los malos de turno. Es fascinante ver cómo el personaje supera obstáculos y se carga la película al hombro. El resultado es como si estuviéramos presenciando un videojuego influenciado por la saga Indiana Jones y ciertos cómics de superhéroes. Verla a Vikander correr, saltar, tirar patadas y piñas y flechas, y hacer acrobacias imposibles en situaciones extremas es un reconfortante deleite cinematográfico.

La película dirigida por Roar Uthaug, que es el reinicio de la saga que debutó en cine en 2001, entiende la esencia lúdico-aventurera de la historia y entrega un entretenimiento efectivo y complaciente. Pero Tomb Raider no se queda sólo con esto y se conecta, además, con otra tradición de cine importante: la de películas de acción interpretadas por mujeres fuertes.

Lo malo es que no deja de ser un producto nacido del mercado de Hollywood, lo que también la convierte en una película insignificante, intrascendente, olvidable. Y lo que la baja aún más es que acentúa los vicios de la industria. Por ejemplo, la música exagerada para realzar algún momento dramático, y la detención de la acción para que la protagonista llore o para que afeite al padre. Por querer humanizarla, la edulcoran hasta tornarla empalagosa y ridícula.

La historia muestra a una joven Lara que no puede superar el abandono de su padre, de quien se desconoce el paradero. Hasta que descubre el motivo de la desaparición de su progenitor y se va a buscarlo a una lejana y misteriosa isla donde tendrá que enfrentarse a tipos jodidos y armados hasta los dientes, liderados por Mathias Vogel (Walton Goggins). La aventura y la acción están sobre la mesa. Y lo bueno es que Croft/Vikander nos lleva de la mano a ese lugar tremendo y nos divierte en el camino.

Lo mejor de la película es cuando deja al descubierto el mecanismo del género, cuando deja a la vista los engranajes de la acción, la cuestión estrictamente formal. Por ejemplo, cuando Lara tiene que hacer malabarismos para no caerse del fuselaje de un avión que pende de una cascada. Vencer un obstáculo para enfrentarse a otro inmediatamente después, y así, mientras la adrenalina crece, hasta casi el infinito. Los momentos como ese o aquellos en los que ella está sola, tratando de zafar de algún peligro o corriendo, son los mejores, porque representan al género en estado puro, auténtica acción desesperante.

Sí, es una película que probablemente no quede en la memoria del espectador, pero es muy entretenida.

Tomb Raider: Las aventuras de Lara Croft (Tomb Raider, Estados Unidos/Reino Unido, 2018)

Acción, Aventuras

Buena (***)

Dirección: Roar Uthaug. Guion: Geneva Robertson-Dworet y Alastair Siddons. Elenco: Alicia Vikander, Dominic West, Walton Goggins, Daniel Wu, Kristin Scott Thomas y Derek Jacobi. Fotografía: George Richmond. Música: Junkie XL. Duración: 118 minutos. Apta para mayores de 13 años, con reservas.

Excelente (*****) Muy buena (****) Buena (***) Regular (**) Mala (*)
Esta crítica fue publicada en el diario La Voz del Interior el viernes 16 de marzo de 2018.
Jesús Rubio / Copyleft 2018